Misoprostol en Colombia: la escasez de la que nadie está hablando
La semana del 19 de agosto llegó una carta al Ministerio de Salud y al INVIMA, firmada por 20 químicos farmacéuticos. En ella exponían la situación crítica de desabastecimiento de algunos medicamentos, como el acetaminofén y el losartán, que controla la presión arterial alta. También denunciaron la falta de diclofenaco, amoxicilina y agua estéril, entre otros. Alertaron que la escasez está afectando a los hospitales de manera desproporcionada. Desde entonces hay alarmas encendidas para estos medicamentos esenciales y otros, como los anticonceptivos orales.
Sin embargo, ni en esta carta, ni en casi ningún lado, se está hablando del desabastecimiento crítico de misoprostol que ya lleva meses. Este medicamento se usa para las úlceras, artritis o dolor, pero desde los años 80 es fundamental para la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en el primer trimestre y para tratar hemorragias obstétricas.
En noviembre de 2021, la Federación Colombiana de Obstetricia y Ginecología denunció la escasez de misoprostol en el país y declaró que la situación era ‘crítica’. El medicamento está incluido en la lista de esenciales de la OMS. Según la misma organización, es fundamental para la IVE médica. Esta se refiere al aborto que no requiere intervención quirúrgica y que se puede realizar hasta las 10/12 semanas de gestación. También se conoce como ‘aborto medicamentoso’.
A pesar de ese primer llamado de la Federación, en mayo de este año la Fundación Oriéntame reportó niveles críticos del medicamento. La situación puso en riesgo la prestación del servicio y la garantía del derecho al aborto, que para ese momento ya estaba amparado por la Sentencia C-055 que lo despenalizó hasta las 24 semanas. Pero el INVIMA, ente regulador de medicamentos y encargado de reportar desabastecimiento, no ha tomado medidas para garantizar la oferta hasta hoy.
¿Qué está pasando con el misoprostol en Colombia y qué tan crítica es la situación? En MANIFIESTA Hablamos con María Mercedes Vivas, directora ejecutiva de Oriéntame, con Andrea*, quien integra una colectiva que acompaña IVEs en casa en Cali, droguistas de farmacia y personas allegadas al Ministerio de Salud, para entender cuál es el panorama actual, las causas y por qué debemos estar alerta frente a la crisis de este y otro medicamento fundamental en el aborto médico: la mifepristona.
Así funciona la oferta de misoprostol en Colombia
El misoprostol es un medicamento esencial. Se vende con fórmula médica en nuestro país, aunque es común que se consiga sin ese requisito en las farmacias. Además está incluido en el Plan Obligatorio de Salud (POS) desde 2012. Pero esto para nada asegura que mujeres y personas gestantes podamos conseguirlo fácilmente. Hay diversos factores. El primero, como explica María Mercedes Vivas, es que con el tiempo han disminuido los oferentes en el país y hoy solo hay dos. Esto, explica ella, porque el resto de registros sanitarios se han ido venciendo. La pregunta queda para los oferentes que no renovaron esos registros. ¿Por qué no lo hicieron?
“Actualmente en Colombia solo existen dos laboratorios con registro sanitario INVIMA vigente: laboratorios Lafrancol, que produce INDUSTOL 200 mcg, y laboratorio Tecnoquímicas que produce CITYL 200 mcg. No existen otros fabricantes locales o importadores del medicamento”.
Allí radica la diferencia entre la escasez de anticonceptivos orales, por ejemplo, y la del misoprostol. Según María Mercedes, el desabastecimiento de anticonceptivos se da en ciertas marcas producidas por ciertos laboratorios. Así lo explicó también la Ministra de Salud, Carolina Corcho, quién argumentó que la escasez se debe a la preferencia de dichas marcas por encima de sus genéricos.
Graciela Cárdenas, auxiliar de farmacia, explica que cuando se pierde la cadena de venta de un producto se debe reemplazar por otro que tenga el mismo principio activo. Cuenta que Bellaface (dienogest/etinilestradiol) de Abbot se dejó de conseguir por casi tres años en Colombia debido a la demanda excesiva, así que muchas mujeres lo reemplazaron por Dienille del laboratorio Exeltis. Graciela aclara que, igualmente, lo recomendable en estos casos es consultar con les especialistas. Aunque el principio activo sea el mismo, algunos medicamentos comerciales pueden tener componentes que mejoran su absorción o los hacen más o menos tolerables, por ejemplo.
Sin embargo, en el caso del misoprostol, su disponibilidad depende de que las dos farmacéuticas con registro sanitario tengan interés en producirlo y comercializarlo, y que lo hagan de forma regular.
“En mayo, la Fundación Oriéntame llegó a niveles críticos de misoprostol (…) En ese momento, coincidencialmente, ambos laboratorios estaban sin inventario y no podían suplir nuestra necesidad. Esto es muy grave, especialmente si tienes en cuenta que el 70 porciento de los servicios que se prestan en la fundación son con medicamentos y solo el 30 porciento son instrumentados (quirúrgicos). Además, hay IVEs instrumentadas que necesitan premedicación con misoprostol”, explica María Mercedes.
Consultamos a la ginecóloga Laura Gil, cofundadora del Grupo Médico por el Derecho a Decidir, quien trabaja en una clínica que presta IVE. Nos aclaró que no ha sentido la escasez y que el servicio se presta con normalidad. Sin embargo, considera que quienes más afectades se pueden ver por un posible desabastecimiento son las instituciones que atienden gran cantidad de pacientes, como Oriéntame.
¿Y qué pasa con la ‘mife’?
La mifepristona, por otro lado, fue registrada por el INVIMA en 2017 y su comercialización se aprobó solo para Profamilia. Por ello no se encuentra en farmacias y pocas instituciones la manejan. La ‘mife’ tiene un efecto químico, corta la progesterona, mientras que el misoprostol actúa desencadenando contracciones. Por eso funcionan combinados. “En Colombia existen dos marcas de mifepristona (…) Una de las marcas, Mediprist, la trae precisamente PROSER −la fundación hermana de Oriéntame− al país. Sin embargo, todavía es un medicamento que se usa muy poco, aunque es el estándar de oro en la prestación del servicio”, afirma María Mercedes. O sea, que la combinación de misoprostol y mifepristona facilita la IVE médica y debería ser el protocolo a usar siempre.
Andrea* ha acompañado IVEs en Cali en una colectiva fundada en 2017. Este grupo de mujeres también ha identificado el desabastecimiento de misoprostol en el país. La colectiva presta orientación y a veces facilita el acceso a medicamentos a través de gestiones con organizaciones internacionales. “En ese sentido no hemos sufrido el desabastecimiento, pues no dependemos de los laboratorios que lo fabrican aquí”, aclara Andrea. El medicamento al que más tienen acceso es producido por un laboratorio del gobierno de India.
Cuenta que en otros países se manejan muchas marcas y a bajos precios. Con ello explica que en Colombia el acceso crítico también se debe a que el misoprostol es muy caro en las farmacias. La caja de Cytil de siete tabletas, por ejemplo, supera los cien mil pesos. En promedio cada pastilla puede costar 16.000 pesos. Y se necesitan doce para una IVE cuando no se usa la combinación con mifepristona.
Considera que otro tema central, y menos discutido, es el acceso a ese medicamento. “Porque el misoprostol circula de manera más abierta”, opina. Agrega que le parece fundamental plantear el debate de la regulación de la ‘mife’ en la construcción de la política pública de acceso al aborto de cara a la implementación de la Sentencia C-055.
“Aunque la OMS también lo declaró medicamento esencial, la mifepristona no tiene distribución libre en farmacias en Colombia (…) El procedimiento para abortar solo con misoprostol es indigno sabiendo que existe la mifepristona (…) Con la combinación solo se necesitan cuatro pastillas de misoprostol y una de mifepristona. Eso reduce considerablemente el tiempo y la experiencia de dolor”, explica Andrea.
Cuenta que han acompañado personas que reciben los medicamentos de Profamilia, pues a veces la institución solo los entrega pero no da suficiente información, o también “Hemos visto que Profamilia no proporciona la mifepristona, solo el misoprostol. La pregunta es por qué una institución autorizada no cuenta con el medicamento”.
Intentamos contactar a tres funcionaries de Profamilia para consultar esta y otras dudas respecto a los efectos de desabastecimiento de misoprostol, pero no atendieron nuestra solicitud.
La implementación de la sentencia requiere medicamentos disponibles
Aunque el Ministerio de Salud ha dado un parte de tranquilidad explicando las causas del desabastecimiento de medicamentos, la crisis relacionada con el misoprostol está por fuera de la agenda. Y no porque sea un mal menor. “La escasez básicamente pone en riesgo la prestación del servicio y por lo tanto la garantía del derecho, lo cual es muy alarmante”, asegura María Mercedes Vivas. “Tenemos una sentencia que acaba de cumplir seis meses, que nos pone a la vanguardia de la garantía del derecho al aborto, pero hacerlo realidad requiere de acciones prácticas como tener disponibilidad del medicamento”, agrega.
La Fundación Oriéntame ha dialogado con los laboratorios que producen estos medicamentos, así como con el MinSalud y el INVIMA. “El 9 de mayo de 2022 enviamos una comunicación al INVIMA solicitando la declaración de este medicamento como ‘vital no disponible’», cuenta María Mercedes. Esto permitiría que el mismo ente autorice la fabricación o importación extraordinaria de misoprostol para evitar que les pacientes padezcan por la falta de oferta.
“Le hemos informado a las personas competentes en el caso y no hemos tenido respuesta efectiva. La Fundación PROSER, hermana de Oriéntame, podría traer el medicamento inmediatamente lo declaren ‘vital no disponible’ y garantizar que la oferta se mantenga”, denuncia la directora ejecutiva de Oriéntame.
Intentamos contactar al MinSalud en repetidas ocasiones pero de la oficina de prensa nos pidieron dirigirnos al INVIMA. Solo hasta el 24 de agosto este ente regulador actualizó su consolidado de abastecimiento a 2022. Según Caracol Radio: “Hasta esta mañana (la del 24 de agosto) en la página del Invima solo se tenía información de productos desabastecidos hasta el año 2020 (…) argumentaron que por el ciberataque sufrido en febrero de este año, no se había podido actualizar el listado”.
Aunque se hizo el reporte y se identificó la causa del desabastecimiento («problemas en la adquisición de materia prima»), el INVIMA no ha acatado la recomendación de Oriéntame. No hay soluciones a la vista.
Salomé Valencia, integrante del Grupo Médico por el Derecho a Decidir y allegada al sector público, explica que para el gobierno pasado el misoprostol y los medicamentos para practicar aborto no estuvieron en la primera línea de prioridad y que ello fue más evidente en la pandemia. Apesar de la escasez, dice ella ni el MinSalud ni el INVIMA lanzaron alertas.
Salomé explica que declarar el medicamento como vital y abrir negociación con otros laboratorios −pues considera preocupante que solo dos lo fabriquen y comercialicen− es un tema de voluntad política. «No creo que el gobierno pasado la haya tenido, pero este sí la tendrá», asegura.
Agrega que, de cara a la implementación de la sentencia C-055, el MinSalud está planteando una regulación sanitaria bajo nuevos estándares normativos. Esta tendrá que asegurar cobertura de medicamentos, es decir prestación y acceso al derecho, en el país, especialmente en los territorios. «Hay voluntad. La ministra lo ha dicho y hay grupos que ya están trabajando en la regulación», dice Salomé.
Mientras la regulación surte efecto y se integran esfuerzos para evitar una crisis peor, la colectiva de Andrea y otras que acompañan IVE se preguntan qué es lo que subyace a la escasez actual, pues parece un sabotaje generalizado. “Para nosotras ha habido bloqueos en aduanas para recibir las donaciones internacionales. Por otro lado, se dice que persisten unas políticas antiderechos que han frenado el acceso a ciertos componentes para la fabricación de misoprostol”, concluye.